Moisés
fue el más grande profeta en señales, prodigios, hechos grandiosos y el único
en conocer a Dios cara a cara.
Su
influencia sobre Josué fue tal que llegó a ser elegido como su sucesor.
Josué
siguió al pie de la letra todas sus indicaciones mencionándose 60 veces en su
libro. La Ley de Moisés fue la base de su liderazgo y firme relación con Dios.
No obstante, Josué siempre habló con Dios y
sobre Dios; guió al pueblo hacia Dios; y la única vez que habló sobre Moisés
fue para enfatizar su orden: “que améis a Jehová vuestro Dios”.