‘Por más grosera que sea una mentira,
señores, no teman, no dejen de calumniar. Aun después de que el acusado la haya
desmentido, ya se habrá hecho la llaga, y aunque sanase, siempre quedará la
cicatriz’ (Rousseau).
Estas
son algunas variantes de la famosa frase practicada en guerras sucias: desde
cuitas amorosas, pleitos familiares, rivalidades religiosas, hasta el antro
político.
En
plena era de las TICS y redes sociales, donde circulan nubes de información y
gente falsa, las personas inteligentes primero verifican antes de creer.