¿Cómo
sabré si soy santo; si todos los humanos somos pecadores?
Por
cuanto todos pecamos, estamos destituidos de la gloria de Dios; por eso
necesitamos aceptar el sacrificio del Cordero sin mancha para poder acceder
nuevamente a su gloria.
Sin
embargo, desde antes de nacer ya había un propósito para nuestras vidas;
desafortunadamente no todos logran encontrarse consigo mismo, con su propósito,
y por eso se pierden en la mundanalidad.
Los que afinan su oído como Samuel logran
escuchar la voz que los invita al camino de santidad, iluminado con la luz de
la verdad y pleno de felicidad espiritual.