La
figura del equipo que iba perdiendo tuvo un gesto que dio de qué hablar: ayudó
y acompañó a su rival a salir de la cancha.
Eso
necesitamos en la vida: sorprender a la sociedad con acciones inesperadas que
hagan el bien y causen una buena impresión.
Aunque
significaba quedar fuera de la máxima presea futbolística hubo espacio para
hacer un gesto cortés al oponente.
Muchos,
aunque no perdamos nada nos cuesta hacer buenas acciones.