¿Por qué ni siquiera se les ocurre a los proabortistas
impulsar penas de muerte o castración química para violadores; o si abortan,
proceso al violador y no a la víctima?
Sospechoso, porque la mayoría de mujeres genuinamente
violadas y embarazadas, no piden aborto, pues son personas normales y
generalmente con principios.
En cambio, los que promueven el aborto por violación, buscan
una puerta para practicar el aborto resultante de su lascivia y vidas sexuales
desordenadas, y pensándolo bien, no quieren que le hagan daño al presunto
violador.
Al toro por los cuernos:
que pague el violador, no la criatura inocente.