Los
pro-abortistas mordazmente procuran separar sus implicaciones morales y
espirituales… la pregunta es ¿Por qué?
La
naturaleza humana tiene fuerte arraigo moral y espiritual por lo que ese
planteamiento es una elocuente declaración sobre la verdadera naturaleza del
tema del aborto: inmoral y ateo.
La
lógica es simple: para matar no hay que tener moral ni consciencia espiritual,
de lo contrario es obvio que sería reprobable.
Las
Sagradas Escrituras aluden a la vida desde antes de nacer.
Así
que es cuestión de tomar posición: estás con Dios o estás contra Dios.
Esta verdad arde y por eso causa tanto escozor.