Josué
tenía un ejército imbatible, tal como Dios se lo había prometido: “nadie te
podrá hacer frente”. Pero en una ocasión ante un ejército pequeño se vieron en
problemas y tuvieron que hacer retirada; ¿Cuál fue la razón?
Alguien
del pueblo había pecado, había incumplido la Ley, había hurtado.
Cuando
hacemos las cosas bien, nada puede hacernos frente.
Pero
cuando las hacemos mal o tomamos malas decisiones el precio puede ser tan caro
como la misma vida.
Tratándose
de la vida no se pueden permitir los errores.
Conozcamos las leyes que rigen nuestras vidas
para que todo nos salga bien.