Dando es como recibimos, dice la
regla; pero en la práctica muchos quieren recibir, y hasta piden, pero nunca
tienen un gesto de dar.
Es lo mismo que la ley de la
compensación: hacer buenas acciones para recibir buenas acciones.
Y también, la ley de la siembra y la
cosecha: cosechamos lo que sembramos.
Así, tenemos en un extremo a los que
piden sin dar; y en el otro extremo a esa gente angelical, que dan con amor sin
esperar recibir nada a cambio.
Ellos realmente ganan
mucho, porque los giros de la vida les devuelven sus buenas acciones
multiplicadas.